La Biblia exhorta apoyar la hermandad de la c8ongregación
La importancia de oír la palabra de Dios está enfatizada en la Biblia. El apóstol Pablo escribió: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.” Es importante reunirse a escuchar lo que Dios desea hacernos conocer a través de su Espíritu. Pero la fe no viene a menos que el Espíritu Santo haga su trabajo en el predicador de la palabra y en el oyente.
Un pequeño bebé crece en los primeros meses sólo con la leche de la madre. La leche de la madre es fuerte y nutritiva. El apóstol Pedro también compara la palabra de Dios a la leche de la madre. “Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, si es que habéis gustado la benignidad del Señor” (1 Pedro 2:2-3).
¿Qué significa escuchar la palabra de Dios?
God manifests himself to all people in his creation work (Rom. 1:19-20), in the phases of nations, in human destiny and conscience (Rom. 2:14-15). Something else is still needed for salvation: God’s special proclamation which is told about in the holy Bible and the message of Jesus Christ preached by the Holy Spirit. The word is Jesus himself (John 1).
Hearing God’s word is to come near to Jesus and hear of him. Jesus lives resurrected as the Lord in the congregation which God’s Holy Spirit has assembled.
La Biblia exhorta el escuchar la palabra
Dios se manifiesta a todo hombre a través de su obra de creación (Rom. 1:19-20), en las etapas de las naciones, y en el destino humano y conciencia (Rom. 2:14-15). Se necesita aun algo más para la salvación: La proclamación especial de Dios de la que se habla en la Santa Biblia y el mensaje de Jesucristo predicado por el Espíritu Santo. La Palabra es Jesús mismo (Juan 1).
Escuchar la palabra de Dios es acercarse a Jesús y escuchar de Él. Jesús vive resucitado como el Señor en la congregación en la que el Espíritu Santo ha reunido.
La Biblia exhorta escuchar a la palabra
A través de toda la Biblia, la exhortación de escuchar la palabra está enfatizada. En las escrituras de los profetas, Dios llama a su pueblo a oír su palabra. Esta palabra incluye consuelo y la promesa del cuidado de Dios, pero al mismo tiempo, frecuentemente una sentencia a quienes se han alejado. En el libro del profeta Isaías, Dios da un consuelo a su pueblo: “Oídme, los que seguís la justicia, los que buscáis a Jehová. Mirad a la piedra de donde fuisteis cortados y al hueco de la cantera de donde fuisteis arrancados” (Isaías 51:1).
Escuchar la palabra de Dios también incluye buscar compañerismo del único y verdadero Dios: “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es” (Deut. 6:4). En los evangelios, Jesús termina Sus sermones muchas veces con el grito, “Él que tiene oídos para oír, oiga.” (Mat. 13:9) El apostal Pablo escribió a los romanos acerca del escuchar: “Así que la fe es por oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Rom. 10:17). Entonces el escuchar la palabra de Dios está conectada a la proclamación de la palabra. Por eso es importante reunirse para escuchar lo que Dios quiere decir a través de Su Espíritu.
El Espíritu Santo hace nacer la fe
Martín Lutero escribía de la obra del Espíritu Santo: “En efecto, ni tu ni yo podríamos saber jamás algo de Cristo, ni creer en El, ni recibirlo como “nuestro Señor”, si el Espíritu Santo no nos ofreciese estas cosas por la predicación del evangelio y las colocara en nuestro corazón como un don” (Catecismo Mayor: articulo 3).
La tecnología actual, como el internet, hace que el escuchar la palabra de Dios sea posible aun cuando no sea posible normalmente. A veces somos confinados al hogar y no nos podemos reunir con los creyentes.
En el inicio de cristianismo, el reunirse tenía un lugar importante. “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón.” (Hechos 2:42, 46). Cuando la congregación primitiva tenía preguntas, la congregación se juntó para hablar (Hechos 15). Así mismo, nosotros, los hijos de Dios en hoy día a veces necesitamos ocasiones de discusiones conjuntas.
La Biblia exhorta promover la hermandad de la congregación. “No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca” (Heb. 10:25). Los creyentes siempre deben animarse al escuchar la palabra para que la conexión a la Palabra – a Cristo – permanezca y crezca.
Cuando yo pregunté a mis hijos, por qué es bueno ir a la palabra de Dios?, me respondieron: “¡Para que permanezcamos en la fe y lleguemos al cielo!” Eso es: para llegar algún día al destino.
Texto: Markku Kanniainen
Traducción: J. N.
Fuente: Siionin Lähetyslehti 6/2013
Julkaistu espanjankielisessä kieliliitteessä 11/2014.
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