El enfoque principal de la carta a los Efesios es el de darle importancia a la unidad y armonía Cristiana, por lo que el escrito nos da una serie de consejos prácticos. La mayoría de las exhortaciones de Pablo son claras: Hablad verdad, eviten riñas, palabras corrompidas, y quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería, maledicencia y toda malicia.
Jesús también se enojo
“Airaos, pero no pequéis” (Efesios 4:26). Este verso puede parecer algo inquietante. Pablo exhorta a los Efesios que muestren sentimientos de enojo para que una discusión pueda ser entablada respecto a la causa de dicho enojo. Los sentimientos de enojo no eran extraños para Cristo tampoco. Las escrituras nos dicen que Jesús se enojó cuando expulso a los comerciantes fuera del templo y cuando pregunto a los fariseos si era licito hacer el bien en el día de reposo (Marcos 3:1-5).
¿Qué es lo contrario al amor? Muchas veces indiferencia -- no tanto el enojo -- es considerado ser lo contrario al amor. Podría tal vez ponerse un signo de igual a la indiferencia de una persona y a su falta de amor. En la Biblia encontramos un ejemplo perfecto a esta falta de amor, que es contrario a la voluntad de Dios en las primeras páginas de la Biblia. Cuando Dios pregunta a Caín “¿Dónde está Abel, tu hermano?” Caín respondió “No sé ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?” En contraste con la indiferencia, el enojo es una muestra que la otra persona significa algo para nosotros. Detrás del enojo existe una razón que obstruye la armonía y necesita ser resuelta.
La amargura daña el amor
Lo que hace al enojo problemático es el hecho de que la mayoría de veces nuestra naturaleza corrupta sale a flote. Mostramos nuestro enojo dañando a nuestro prójimo con malas palabras, hechos o con abandono. Como resultado, nuestra reacción humana es la de pagar mal con mal y sentir amargura. El consejo en la carta a los Efesios es el que es importante resolver oportunamente disputas antes de que el sol se ponga. De esta manera no damos lugar al diablo a que rompa ni destituya el amor de Cristo en nuestros corazones (Efesios 4:27).
“Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes” (Efesios 4:29). Según el texto original, “palabra corrompida” son palabras inmundas o que propagan inmundicia. También se puede tomar como decir cosas malas, levantar rumores y cualquier otra palabra que quebrante el amor. Nuestro lenguaje debe promover el bien común, el gozo y debe ser de beneficio a nuestro prójimo.
La instrucción que Pablo dio a los Colosenses fue “Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal” (Colosenses 4:6). La Sal impide que la comida se eche a perder. Para un hijo de Dios también es una exhortación a ser un libro abierto y manifestar el amor de Cristo para llamar a otros al reino de Dios mediante nuestra forma de vivir, hablar y mediante nuestras acciones.
Perdónense los unos a los otros
Obediencia a la palabra de Dios asegura que, así como Pablo advierte, “No contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual hemos sido sellados para el día de la redención”. Los hijos de Dios hemos recibido al Espíritu Santo como un regalo que mora en nuestros corazones. Este es un regalo inmensamente valioso y necesita ser protegido a cualquier costo, porque de este modo somos participes de la vida eterna.
Nuestro texto termina con una instrucción que es una buena lección para cada día de nuestra vida: “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdono a vosotros en Cristo” (Efesios 4:32). La congregación en Éfeso fue exhortada a apreciar la unidad y el amor mutuo. El elemento central de esta tarea es el evangelio del perdón.
Aunque la palabra de Dios nos exhorta a evitar el mal y pensar lo mejor de nuestro prójimo, independientemente de nuestro mejor intento. Somos incapaces de realizar la voluntad de Dios. Por esta razón cada hijo de Dios necesita perdón abundante. Una persona que ha recibido mucho perdón, tiene mucho amor.
Texto: Perttu Mäkimartti
Traducción: Miriam Magee
Fuente: Siionin Lähetyslehti 7–8/2014
Tekstissä käsitellään seuraavaa raamatunkohtaa: Efesios 4:25-32
Julkaistu espanjankielisessä kieliliitteessä 6.5.2015.
Blogit
Luetuimmat
Toimitus suosittelee
Viikon kysymys