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Vieraskieliset / en espanol

El arrepentimiento es un asunto importante

Siionin Lähetyslehti
Vieraskieliset / en espanol
10.5.2017 9.02

Juttua muokattu:

1.1. 11:14
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Los tex­tos de es­ta re­vis­ta cu­en­tan sob­re el ar­re­pen­ti­mien­to y la gra­cia. Am­bos son asun­tos muy im­por­tan­tes en la fe cris­ti­a­na. Para mi los hi­cie­ron es­pe­ci­al­men­te cer­ca­nos ap­ro­xi­ma­da­men­te hace diez años. Yo hab­ía cre­ci­do en una casa crey­en­te, pero por mis pe­ca­dos hab­ía cai­do a inc­re­du­li­dad.

Dios des­pertó mi con­cien­cia y al ha­cer­lo en­tendí que ten­go que vol­ver a ser hijo de Dios. La pa­lab­ra de Dios me habló y me mostró que yo hab­ía pe­ca­do y que yo tendr­ía que te­ner­los per­do­na­dos. Em­pecé a bus­car el perdón de Dios.

Dios me guió a hab­lar con un crey­en­te. El me pre­dicó to­dos los pe­ca­dos per­do­na­dos por la ob­ra de re­con­ci­li­a­ción de Jesús. Ahí mi co­razón se lleno de alegr­ía y paz. Yo hab­ía re­na­ci­do como hijo de Dios y a mi co­razón hab­ía en­cen­di­do la es­pe­ran­za de vida eter­na. A mi vino vo­lun­tad de reu­nir­me a es­cuc­har a pa­lab­ra de Dios jun­tos con ot­ros crey­en­tes, en la co­ne­xión de la cong­re­ga­ción de Dios.

Jesús ha man­da­do su cong­re­ga­ción a pre­di­car el ar­re­pen­ti­mien­to y el evan­ge­lio del perdón de pe­ca­dos en to­das las na­ci­o­nes (San Lu­cas 24:47). Martín Lu­te­ro en­se­ño según la bib­lia que el ar­re­pen­ti­mien­to es un asun­to simp­le. El con­tie­ne dos par­tes: pri­me­ro el ar­re­pen­ti­mien­to por el pe­ca­do y des­pu­es creer en la ab­so­lu­ción que el pe­ca­do es per­do­na­do por el mérito de Cris­to.

En el evan­ge­lio el homb­re pu­e­de en­cont­rar la gra­cia mi­lag­ro­sa de Dios: el perdón de los pe­ca­dos per­te­ne­ce a to­dos. Dios no nie­ga su perdón a na­die. Al cont­ra­rio el lo of­re­ce a to­dos (Hec­hos 17:30). En la cong­re­ga­ción de Dios se es­cuc­ha to­dav­ía la in­vi­ta­ción para qui­en ha per­di­do en la noc­he del pe­ca­do: ar­re­pién­te­te y cree en el evan­ge­lio.

El qui­en cree en el evan­ge­lio re­ci­be a su co­razón El espí­ri­tu San­to y el se hace ha­bi­tan­te del rei­no de Dios. En el rei­no de Dios se pu­e­de sen­tir el gozo y paz de Dios aún en la mi­tad de las di­fi­cul­ta­des de la vida (Rom.14:17). En el bau­ti­zo Dios toma una per­so­na crey­en­te a su unión de gra­cia don­de el cui­da nu­est­ra fe con el evan­ge­lio y guia nu­es­to ca­mi­no al cie­lo.

Tex­to: Pek­ka Ait­ta­kum­pu

Tra­duc­ción: T. y J. K.

Jul­kais­tu es­pan­jan­kie­li­ses­sä nu­me­ros­sa 10.5.2017