Juan el Bautista era pionero. El preparó el camino para Jesús a los corazónes de los hombres. Esto sucedió con predicación: ”Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.” (San Mateo 3:1–3)
Sus palabras alcanzaron los corazónes de la gente. Y no es un milagro. Sus palabras eran directas. Les dolieron. Entre otros a los fariseos y ecribas el dijo: ”Generación de víboras! Quién os enseño a huir de la ira venidera? Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento.” (San Mateo 3:7–8.)
Las palabras de Juan despertaron la penitencia y con eso la ansia. Obligados por la ansia la gente confesó sus pecados. El bautizo de Juan era bautizo de arrepentimiento. Aquellos los que sintieron y confesaron sus pecados, Juan los bautizó.
El bautizo de Jesús
Jesús también llegó a Juan al río Jordán para ser bautizado. Según San Mateo Juan conocía a Jesús. El sabía que Jesús era impecable. Por eso Juan se preguntó la llegada de Jesús al ”bautizo de los pecadores” y por eso el también impedia . ”Yo necesito ser bautizado por ti, y tú vienes a mi?”. Pero Jesús acalló a Juan respondiendo: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia.” (San Mateo 3:13–15.)
Dios es justo y equitativo. El espera perfección y asi también arrepentimiento de los pecados. La caida al pecado puso el odio y castigo de Dios encima de los hombres. Para salir debajo del odio de Dios el hombre tenía que arrepentirse de sus infracciónes. Cuando nadie siendo pecadores no era apto para este, Dios mismo decidió en su Hijo reconciliar todos los pecados de los hombres.
Padre Dios puso toda la deuda del pecado de este mundo encima de los hombros de su Hijo inocente e impecable. De esta manera este justo siervo del Señor justificó a muchos (Isaías. 53:11). Jesús fué incluido al grupo de malhechores como cargador de nuestros pecados.
Aunque Jesús en si mismo era impecable, como cargador de nuestros pecados el era pecadoso. El vino a ser bautizado por Juan para cumplir la voluntad justa de Dios. Juan bautizó a Jesús de la misma manera que las otras personas que confesaron sus pecados.
Padre, Hijo y El Espíritu Santo presente
Cuando Jesús se surgió del agua, los cielos abrieron y Jesús vió El Espíritu Santo descendiendo sobre él en forma de paloma. Y hubo una voz de los cielos que decía: ”Éste es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.” (San Mateo 3:16–17.)
La trinidad de Dios estaba presente en ese momento: Padre, de quien su voz se escuchó, Hijo surgido del agua y Espíritu Santo en forma de paloma. La presencia de la santa trinidad contó sobre el plan mutuo del Padre, Hijo y El Espíritu Santo y el comienzo de obra de redención.
El Padre había acordado a crear el mundo y el hombre. El sabía que va a pasar cuando un hombre encuentra la tentacion del enemigo del ama: el hombre cae al pecado. Por eso el Padre acordó sobre la redención ya antes de la creación. El Hijo prometió hacerlo (Salmos 2:6–8).
La obra del Cristo hubiese quedado a medias si El Espíritu Santo no hubiese seguido su trabajo despues del sufrimento, muerte, resurrección y ascensión de Cristo.
El trabajo sigue
El Dios de santa tridinad trabaja todavía. El no ha abandonado el mundo que El ha creado y redimido. Padre como Señor de la vida y de la muerte crea nueva vida. Para eso El tiene soberana autocracia. Para un hombre no se ha dado predominación sobre la vida y la muerte.
La obra de redención del Hijo esta en vigor. Para el pago de los pecados el oro y la plata no son suficientes. Unicamente la sangre de redención del Hijo es un pago suficente de los pecados. Esta redención esta hecha todavia hoy verdadera por el Espiritu Santo.
La obra de Cristo sigue como obra del Espíritu Santo en su congregación. En el mensaje de la congregación de Dios se puede escuchar la invitación al arrepentimiento pero al mismo tiempo hay un mensaje hermoso del perdón de pecados. Cuando Jesús mando sus propios dicípulos al trabajo El prometió: ”Recibid el Espíritu Santo, a quienes remitiereis los pecados, les son remitidos”.
Texto: Aimo Hautamäki
Publicación: Päivämies 1/2016
Traducción: T. K.
Julkaistu espanjankielisessä numerossa 10.5.2017
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